Jorge Martinez

Aerospace Engineer and Senior Software Developer


Loup, mi mejor amigo

Descansa en paz

Jorge Martinez

February 20, 2025

loup


El 19 de febrero de 2025, con una enorme tristeza, me despedí de Loup. Él fue mi mejor amigo. Siempre estuvo. Nunca me falló. Pese a sus problemas de salud, no me rendí. María tampoco lo hizo. Al fin y al cabo, Loup nos presentó. Descansa en paz, amigo. Estoy seguro de que volveremos a vernos.

Durante los últimos siete meses, Loup cambió su comportamiento sin motivo aparente. Se volvió más temeroso, desconfiado y agresivo. Quienes lo conocíamos sabíamos que algo iba mal.

Loup posando con una gran sonrisa en Junio de 2023.
Loup posando con una gran sonrisa en Junio de 2023.

Loup atraía muchas miradas en la calle. Su bonito pelaje y su heterocromía llamaban la atención de muchas personas. Las más curiosas se acercaban a preguntar y a saludarle. Esto hizo que Loup socializase muy bien con los seres humanos desde cachorro.

Solíamos llevarlo a todas partes con nosotros. Incluso viajábamos con él en cercanías, metro y alta velocidad. Pero, sin duda alguna, su transporte favorito era el coche. Siempre lo usábamos para ir con él a la montaña y la playa.

En temas como la comida, Loup no era posesivo ni territorial. Es más, siempre daba las gracias a todos los presentes antes de comer. Literalmente iba persona por persona dando un beso con su hocico.

Por eso, cuando un día de octubre Loup me ladró tan agresivo, supe que algo no iba bien… Tras realizar numerosas pruebas, dimos con algo que explicaría los problemas de Loup.

El problema de salud de Loup

Loup tenía dos quistes: uno prostático y otro paraprostático. El quiste prostático era del tamaño de una canica. Se veía claramente en la ecografía abdominal. Por otro lado, el quiste paraprostático tenía el tamaño de una berenjena. La veterinaria no pudo confirmar hasta dónde se extendía…

Loup siempre fue muy sufrido para el dolor. Una vez al mes solía tener problemas de estómago. Al pobre se le hacía la tripa agua… Loup siempre me avisaba de que necesitaba salir. No obstante, parecía saberle mal molestarme si no era su hora de salida. A veces, estos episodios se producían por la noche y Loup me despertaba de madrugada para salir a aliviarse. Nunca le reñí por ello. Sabía que él ya se ponía bastante triste pensando que me molestaba.

Conocido este sufrimiento por el dolor y la existencia de los quistes, pude entender un poco mejor ese cambio de actitud.

Tengo que destacar lo miedoso que era Loup, en especial con los ruidos explosivos. El pobre entraba en pánico al escuchar un petardo o un trueno.

A mi parecer, el dolor y el miedo lo llevaron a un grado de estrés muy elevado. No parecía estar tranquilo en ningún lugar. Poco a poco, su actitud degeneró en un trauma constante hasta el punto de no querer salir a la calle. Todo se convirtió en una amenaza.

Loup terminó asociando el dolor a los humanos y a ciertos gestos. Para cuando descubrimos los quistes, su personalidad era totalmente diferente.

Pese a todo, continué entrenando y jugando con él. Visitamos a varios veterinarios, etólogos, adiestradores… Incluso llegaron a recetarnos medicación. Pero nada resultó…

Loup continuó jadeando en cada paseo, ladrando y lanzándose contra cualquier cosa que le hiciese sentir indefenso. El miedo se convirtió en una agresividad muy fuerte. Desgraciadamente, Loup volcó parte de esa agresividad en las personas.

Nunca mordió a nadie, pero tuvo episodios muy violentos en casa. Y, sin embargo, no dejamos de quererle. Le dimos más espacio. Le hicimos mejores comidas. Lo llevamos a sus sitios favoritos… Pero no hubo forma de recuperar al Loup de siempre.

Finalmente, tras discutir diferentes escenarios, tomé la decisión de despedirme de mi amigo. Loup era una gran parte de mi vida social. Pasaba muchas horas con él a lo largo del día. Intento tener la cabeza ocupada. Sin embargo, es difícil evitar el reflejo de pensar que Loup va a estar detrás de la puerta cuando me levante.

Espero que podamos volver a vernos algún día, Loup. Fuiste mi mejor amigo.

Loup y yo paseando por la playa de Boiro, Galicia en octubre de 2024
Loup y yo paseando por la playa de Boiro, Galicia en octubre de 2024